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miércoles, 13 de junio de 2007

Ya casi dos años de aprender el taijiquan en Beijing.

Creo que es tiempo de poner al tanto de lo que he aprendido en estos casi dos años de estar en Beijing:

Cuando llegué en Julio de 2005 busqué durante un mes quién me pudiera enseñar el taijiquan. Por supuesto mi problema principal era el idioma; moverse en Beijing sin saber chino es prácticamente imposible, así que me enfrentaba a un verdadero reto. Busqué alguna clases de sobrevivencia con aspectos básicos del idioma mientras seguía investigando. Visité algunas clases, pero eran solo para turistas y los maestros no avanzaban, solo daban el mismo curso cada mes, además de que era verdaderamente caras. Después visité algunos parques, con la idea de que todos los chinos a las 6 de la mañana hacían taiji, y pues no encontré mucho; estaba muy decepcionado; algunos grupos de viejillos y acaso uno de jóvenes que no hacían taijiquan sino alguna otra forma del Kungfu; además la época no me ayudaba, aprender taiji con calor de casi 35 grados era bastante para mí. Estaba verdaderamente en aprietos.

Como yo siempre he sido deportista y por avrios años he ido al gym a levantar pesas, también buscaba un buen lugar donde seguir haciéndolo; lo encontré gracias a que me consiguieron un descuento diplomático (que por supuesto no soy ni quiero ser) en uno de los mejores clubes de la ciudad, y resulta que viendo las clases que daban tenían de taijiquan y ¡diario! Así que pensé que en lo que aprendía más chino y encontraba la clase y el maestro que me atrajera estaría en ese club por un tiempo.

Las clases las impartía el maestro Liu Lian You, un hombre aún joven, afable, tranquilo, que enseñaba sin ninguna preocupación a uno o a diez alumnos. Como mi chino era verdaderamente nulo, se dedicó a pedirme que lo siguiera y en cada error me decía ¡no! y entonces repetía el movimiento para que lo siguiera, lo que en verdad era muy bueno para mí, porque aprendía "corporalmente".

Con el paso de los días y las clases me fui dando cuenta de lo bien que me estaba acomodando, trabajando con el maestro Liu, y absorbiendo los aspectos básicos del taijiquan (los estaba reaprendiendo con él), era perfecto para mí. Así que dejé de buscar por otros lados y me dije, -bueno cuando éste maestro no tenga más que enseñarme pues voy con uno de más alto nivel.-

Una vez que tuve más capacidad de comunicarme en chino, el maestro me habló un poco de su "familia" y sus orígenes, pues yo había llevado un libro en inglés escrito por el maestro más reconocido "oficialmente" en China, Li Deyin; al verlo me dijo (siempre en chino), ¡es mi tío!, y después comenzó a contar que su papá y él, Li Deyin, habían sido alumnos de "el creador de la forma de 24 movimientos" y de muchas otras; ésto, para mí, se volvía cada vez más interesante.

Mientras, yo aprendía formas con una velocidad asombrosa (en mi punto de vista, claro): primero la forma de 24 movimientos, después 42 mov, 48 mov, y ya estaba en la 88 mov, en unos cuantos meses. Quería seguir aprendiendo más sobre él, sobre su familia y sobre el taijiquan.

Con el tiempo y conociendo más la cultura pedagógica de las artes marciales chinas, descubrí que, el que él hablara de su "familia" no siempre quería decir que hablara de sus padres o parientes "biológicos" o "legales", sino que se refería a las líneas de maestros del taijiquan: tu maestro es tu "padre", los compañeros de tu maestro son tus "tíos", tus compañeos son tus "hermanos", y que algunas veces resulta que lo son también biológicamente, pero eso no es tan importante. Lo que importaba en todo caso, era que él pertenecía a la línea directa de estos maestros credaores de muchas de las formas conocidas y pracicadas actualmente en el mundo. Era el hombre ideal para enseñarme y hasta ahora lo sigue siendo.

Hoy por hoy, junio del 2007, llevo aprendidas 13 formas: 24 mov, 42 mov, 48 mov, 88 mov, 56 mov, Sung shi, Yang shi, Chen shi, Taiji shan (abanico), 32 mov con espada, 42 mov con espada, 56 mov con espada, Wudeng con espada, y nos hemos detenido de aprender para perfeccionar cada una, antes de pasar a otra etapa.

La experiencia con la falta de un lenguaje que me comunicara fácilmente, en vez de ser un problema fue una medio diferente de asimilar las cosas, y un medio muy funcional. Poco a poco se me han ido abriendo puertas, he tenido suficiente tiempo para dedicarlo a la técnica física y no a la teoría (en su aspecto puramente mental, que aquí estorba un poco), y he ido adquieriendo diferentes tipos de espadas, de zapatos, abanicos, y estoy por adquirir mi primer traje de seda para practicar taijiquan (tengo la cita para las medidas de la tela en la puerta norte del famoso Templo del Cielo).

Quiero estar aún unos tres años más, y no sé si hablaré bien chino (y ya no me importa tanto) pero sé que voy a visitar las tierras de origen del taijiquan, conocer a los otros maestros, los lugares de "culto" de los antepasados, en fin, para que cuando deje este país pueda llevar conmigo una experiencia profunda para compartir con ustedes y los demás en México o donde me toque vivir.

Es un cuento largo, pero pone al tanto de mis estudios y lo que he pasado con ellos.

Un abrazo desde Beijing.
Gustavo Thomas

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