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domingo, 30 de noviembre de 2008

Practicando la forma de 8 movimientos en la isla de Balicasag, Filipinas.




Me levanté muy temprano pero ya el cielo estaba claro; hice un poco de Qigong y entonces me dediqué a grabar algunas formas del taijiquan, la única que consideré decente fue la de 8 movimientos, la más básica.

Una vez más, comparto la experiencia, es un recuerdo de mi visita a ese maravillo lugar y no es una demostración de lo que puedo o no puedo hacer...






Más que la playa era el mar, tan tranquilo, y la lancha que pasa... Las montañas que se ven al fondo son de la isla de Panglao, a unos 40 minutos en lancha de Balicasag.

Realizar la forma de 8 movimientos ahí era muy rico, los movimientos se sentían como una serie de ejercicios de Qigong, pareciera hecha para ser respirada, como ejercicios separados.

La isla de Balicasag es una diminuta isla (menos de 1 kilómetro) al sur de las Filipinas que se visita regularmente para snorkelear y bucear, no hay nada más que unas cuantas cabañas (muy bien puestas) y maravillosos juegos de corales a todo su alrededor.



Ahí ando snorkeleando en Balicasag...

En la siguiente entrada seguro volveré al frio Pekín... tengo el deseo de practicar Taijiquan en algún parque mientras nieva pero en esta ciudad nieva tan poco... ya veremos.



lunes, 24 de noviembre de 2008

"放松 (fangsong)" Practicando Taijiquan a cero grados centígrados y aprendiendo a provocar calor en mis manos.

Llego del maravilloso clima tropical del sur de las Filipinas y me encuentro con un Pekín en el que la temperatura cae como en picada, dejando ver la llegada del siempre duro (y seco) invierno.

Mi descuento y por lo tanto mi membresía en el club donde practicaba Taijiquan se ha terminado y ahora sólo tomo clases afuera de mi edificio, en un pequeño pero agradable jardín.

Había notado el frío de la ciudad pero nunca había practicado ni tomado clases de Taijiquan al aire libre durante esta temporada, así que recomenzando mis clases me abrigué y me dispuse a trabajar con mi maestro.

El primer día no duré una hora; había un viento suave pero congelante y mis manos, nariz y orejas comenzaron literalmente a entumirse. Al suspender le mostré a mi maestro (Liu Lianyou) mis manos y él me dijo que él las tenía bien, sin frio. Le toqué las manos y efectivamente, estaban calientes.

En la siguiente no hubo viento así que duré la clase completa, pero mis manos, nariz y orejas seguían en casi estado de congelación. Mi maestro como len a sesión anterior no tenía problema. Al final le pregunté cómo podía yo hacer para que mis manos no se enfriaran.

Mi maestro no tiene un gusto por la teoría, sabe explicar los movimientos pero hay muchas otras cosas que o le molesta comentar o simplemente entra en conflicto y busca ser simple al explicarlas; vamos, su respuesta a mi pregunta fue "放松 (fangsong)". Esa ha sido una de las palabras que más me han sido repetidas durante toda mi estancia en su clase: "relájate" (relajación, relax, etc).

Más de tres años tratando de aprender formas y relajarme durante su práctica, y para mi maestro el secreto de tener las manos calientes durante la práctica al aire libre (y en un otoño con frio de cero grados centígrados) es aquello en lo que siempre ha remarcado, ¡relajación!

No es fácil lograrla, cuando he creído que la tenía, mi maestro llegaba y me hacía sentir la tensión en el hombro, en un codo, en la espalda; en el mejor momento de mi práctica, cuando creía haber logrado una forma suave, fluida, su comentario era " 没有放松 (meiyou fangsong)", (no estás relajado). Y en algún momento yo dudaba si él en realidad se daba cuenta o no que estaba relajado, o en todo caso no hallaba más razón para esa relajación si había yo tenido una muy "sentida y rica" práctica.

Sí, relajarse es un conflicto y un reto en la práctica del taijiquan...

Le pregunté que si provocar ese calor en las manos no era cuestión de un manejo de la respiración también, de la concentración; se detuvo unos instantes a pensar y aceptó que había más, que había movimiento de 'energía' (jing) y suavidad en la respiración, pero que todo ello estaba en el relajarse, relajado y durante la práctica el calor llegaba por sí solo.

Llevamos tres sesiones a cero grados (o menos) y no he logrado aún sentir mis manos calientes (ahora uso guantes), pero al menos ahora sí tengo una razón concreta, práctica, para obligarme a encontrar la relajación, sentirme un poco a gusto, con calor en mi cuerpo, durante mi práctica en este crudo clima pekinés.


domingo, 16 de noviembre de 2008

Practicando Taijiquan en Filipinas




Casi dos semanas en Filipinas, y regreso a Pekín con algunos pequeños recuerdos egocentristas; sáltenselos si les parece molesto.

Gusto de practicar Taijiquan y gusto otro tanto de viajar, así que cuando encuentro un embone perfecto para practicar a la vez que disfrutar de un lugar que estoy visitando entonces pido que me tomen fotos o video para recordar, y ahora para compartir el simpe gusto en mi Blog.

La foto de arriba fue tomada en las llamadas "Chocolate Hills" en el centro de la isla de Bohol al sur de Filipinas.

El video (está cortada la primera parte) es practicando la forma de 16 movimientos del Taijiquan instantes después de la puesta del sol en la playa de la diminuta isla de Balicasag, al sur de las Filipinas. Pido disculpas si se ve poco, es la luz del final del día y mi figura se ve sólo en sombras.



Tengo un segundo video pracicando la forma de 8 movimientos al amanecer y que compartiré en otra entrada.

lunes, 3 de noviembre de 2008

很有力 (henyouli) ... Un motivo de sentirse orgulloso.

China posee una de las culturas de relaciones sociales más complicadas que conozco, nada es lo que parece ser y todo tiene un sentido oculto. Los chinos acostumbran hacer todo comentario suave y que evite la confrontación, están dispuestos a llegar a la mentira más absurda con tal de "satisfacer" o creer que satisfacen a la persona con la que entran en relación.

Aunque el mejor ejemplo es leer cualquier periódico oficial chino y sus exigencias a la comunidad internacional sobre cómo se deben hacer las criíicas a China y a los chinos, me remitiré al los aspectos comúnes y corrientes de ello.

Así por ejemplo, un extranjero que apenas sabe pronunciar "Nihao" (-hola- en chino), puede recibir el maravilloso comentario de "Nide zhongwen henhao" (-Su chino es muy bueno-); comentarios parecidos son recibidos para el trabajo que realizas, para tu imagen personal o para tus simples actividades, aún cuando en realidad no lo es o aún peor porque puede que estén pensando en despedirte o dejarte de hablar.

Es entonces que he aprendido durante estos años a no confiar en los primeros (y segundos) comentarios de los chinos, absolutamente en ninguno.

Vamos ahora al Taijiquan.

He estado tomando desde hace unos meses, en el parque de mi complejo habitacional, clases privadas con mi profesor Liu lianyou, y en todo este tiempo hemos recibido la visita y comentarios de decenas de vecinos que a su vez practican Taijiquan en las cercanías. Todos, absolutamente todos los comentarios en referencia a cómo yo practico el Taijiquan han sido en el plano más simple: 他做的很好!Ta zuode henhao (-él lo hace muy bien-), pero inmediatamente cortan toda relación conmigo (suponen que no entiendo ni pizca de chino, claro) y entonces se ponen a hablar con el maestro sobre cualquier otra cosa; en fin, simples formalidades introductorias chinas. Cuando se despiden vuelven a decir la misma frase con una enorme sonrisa y desaparecen.

Sin embargo el suceso de ésta mañana ha sido un tanto especial.

Dentro de esos vecinos que hacen también Taijiquan en las mañanas hay un grupo de señoras que tiene su maestra privada, una mujer mayor, tal vez más que maestra sólo una practicante mucho más experimentada que las otras; la mujer se había acercado alguna veces y había hecho comentarios (no a nosotros sino hacia ellas), comentarios un tanto despectivos como: -Nada nuevo; ellos hacen lo mismo que nosotros.-, o -No hay diferencia con lo que hacemos.- y se las llevaba a trabajar sin haber entrado en contacto con nosotros.

Hoy, extrañamente, se acercó sola, y se detuvo a mirar cómo practicábamos una forma de espada (56 movimientos) y después la forma de 48 movimientos del taijiquan. Entonces se acercó a hablar con el maestro sobre mí. El maestro trató de incluirme en la conversación pero usaban términos un tanto complicados para mí, así que me mantuve fuera de ella. Al final la mujer se dirigió directamente a mí y me dijo en un chino muy simple que le gustaba mi "estilo" y que había aprendido muy bien. Llamó a sus alumnas y comenzó a ponerme de ejemplo ante ellas, a decir cómo lo había hecho yo y a rebajarlas enfrente de nosotros (lo que era un tanto vergonzoso), entonces culminó con el maestro diciéndole: -他做的很有力!- El maestro se sorprendió y le dijo gracias; me preguntó si entendía, y le dije que nunca había escuchado la expresión con el caracter de fuerza "力", entonces me explicó que la señora notó que mi trabajo estaba teniendo "aplomo", que se "veía ya con fuerza", y trató de hacerme entender que el que se dijera eso de mí era muy bueno.

El maestro le agradeció a la mujer el comentario sobre mi forma de hacer Taijiquan porque eso sgnificaba un buen comentario para él como maestro.

Parecía todo tan diferente a mi experiencia con las alabanzas de los chinos, y según mi maestro en realidad lo era; era un comentario abierto y honesto en su percepción. Toda una sorpresa.

Así que los códigos también se rompen cuando se quiere ser más claro, y "sincero". Y es un palcer haberlo recibido.

Es una tontería creérmelo, claro, pero como mi maestro me lo propuso: -ese comentario debes compartirlo con tus amigos, que un chino que practica Taijiquan te dijo que tienes "力" Li (-fuerza-) en tu estilo-, y eso es lo que estoy haciendo.

Creo que más que presumir que fuí alabado por un chino que practica Taijquan en China, la experiencia se convierte en un buen ejemplo de cultura social china, y de cómo, aparentemente cerrada en sus códigos, puede de pronto adquirir frescura a los ojos del extraño.