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viernes, 13 de junio de 2008

Wang Zongyue (王宗岳): Tratado sobre el Taijiquan. 太极拳 论 (Taijiquan Lun)

Texto original en chino:

太极拳论

(王宗岳)

太极者,无极而生,阴阳之母也。动之则分,静之则合。无过不及,随曲就伸 。人刚我柔谓之走,我顺人背谓之粘。动急则急应,动缓则缓随。虽变化万端, 而理为一贯。由招熟而渐悟懂劲,由懂劲而阶及神明。然非用力日久,不能豁 然贯通焉。虚灵顶劲,气沉丹田。不偏不倚,忽隐忽现。左重则左虚,右重则 右杳。仰之则弥高,府之则弥深,进之则愈长,退之则愈促。一羽不能加,蝇 虫不能落,人不知我,我独知人。英雄所向无敌,盖皆由此而及也。斯技旁门 甚多,虽势有区别,概不外,壮欺弱,慢让快耳。有力打无力,手慢让手快, 是皆先天自然之能,非关学力而有为也。察四两拨千斤之句,显非力胜;观耄 耋御众之形,快何能为。立如秤准,活如车轮,偏沉则随,双重则滞。每见数 年纯功,不能运化者,率皆自为人制,双重之病未悟而。欲避此病,须知阴阳; 粘即是走,走即是粘,阳不离阴,阴不离阳;阴阳相济,方为懂劲。懂劲后, 愈练愈精,默识揣摩,渐至从心所欲。本是舍己从人,多误舍近求远。所谓差 之毫厘,谬之千里。学者不可不详辨焉。是为论。


*


Primera versión en español que aparece en el libro de Víctor Becerril Montekío: "El Dao en acción. Textos clásicos del taiji Quan para practicar hoy". Notarán que está versificada cuando el texto orginal en chino no lo está. Imagino que la razón es simple, en chino los caracteres y los tonos le dan un ritmo a las frases, cuando se traducen si se quiere manterner ese ritmo (lo que es muy complicado de lograr) debe darse al lector en español una estructura versificada, esa separación un tanto artificial ayudará a la mayor comprensión de las ideas. Otros optan simplemnte por la prosa y los signos de puntuación, como en la segunda versión que publico aquí.

Clásico del Taiji Quan

(Wang Zongyue)

Taiji surge del Wuji:
es la madre de YinYang.
En movimiento Yin Yang se separa,
en reposo se une.

No hay exceso,
no hay deficiencia.
Al seguir al adversario,
ceder, luego avanzar.

Cuando el adversario es duro
yo soy suave;
esto se llama ceder.
Seguir su movimiento se llama adherir.

Cuando el adversario se mueve rápido
yo me muevo con rapidez.
Cuando se mueve lentamente
yo me muevo con lentitud.
Las situaciones varían al infinito,
el principio es subyacente
siempre es el mismo.
Gracias a la práctica
uno se acerca a la comprensión del Jing.

Ella nos encamina el refinamiento
de la intución.
Pero nada se logra de pronto
sin esfuerzo,
sin un hondo adiestramiento.

Una fuerza intangible
mantiene la cabeza erguida
y sube hasta la coronilla.
El Qi desciende hasta el Dan Tian.

No inclinar el eje en ninguna dirección.
Aparecer de pronto,
desaparecer súbitamente.

Si hay presión sobre la izquierda,
la izquierda se vuelve etérea;
si es sobre la derecha;
la derecha desaparece.
Si el adversario empuja hacia arriba,
se debe subir;
si lo hace hacia abajo,
es preciso descender.
Cuando avanza,
alargar la distancia que nos separa;
si se retira,
hacerla más pequeña.

El cuerpo es tan sensible
que responde al mero
tacto de una pluma,
y ni un insecto encuentra apoyo en él.
El adversario no me conoce,
pero yo sí lo conozco.
Esto hace que un hombre sea invencible.

Existen muchos estilos marciales.
Se les distingue por sus posturas
y sus formas.
Pero a fin de cuentas,
siempre vencen a la debilidad con la fuerza,
a la lentitud con la rapidez.
El fuerte vence al débil,
las manos lentas se someten a las veloces.
Pero ésto sólo resulta de un don innato
y no de la fuerza que otorga la enseñanza.

Pensemos en el refrán que dice:
"Cuatro onzas pueden
repeler mil libras".

Esto no lo hace la fuerza muscular.
Cuando un anciano vence
a varios atacantes,
sin duda no es cuestión de rapidez.

Al estar quieto,
mantener un equilibrio de la balanza.
En movimiento,
ser como una rueda de carreta.

Si el adevrsario empuja
hacia un lado o hacia abajo,
hay que seguirlo.
Si el peso se apoya más de un lado,
el movimiento se realiza fácilmente.
Si se reparte por igual uno se estanca.
Quien después de mucho tiempo
no ha aprenido a transformar el ataque,
comete el error del doble peso:
apoyarse por igual en ambas piernas.

Para evitar este error,
conocer la teoría de Yin Yang.

Adherir es ceder,
ceder es adherir.
No hay Yin sin Yang,
no hay Yang sin Yin.
Yin y Yang cooperan mutuamente.
Comprenderlo abre las puertas
para comprender el Jing.

Una vez que se entiende el Jing,
la práctica conduce al refinamiento.
Aprender en silencio y atesorar
el conocimiento
para acercarse a lo que la mente desea.

Lo principal es olvidarse de uno mismo
y seguir al adversario.
Esto no ha de confundirse
con abandonar lo que está cerca
por alcanzar lo que está lejos.

Una pequeña desviación inicial
a la larga se convierte en mil kilómetros.

Que el practicante reflexione
para lograr la comprensión.


*


Pueden ahora comparar la versión de Montekío con esta otra que aparece en internet, versión de la que no conozco el traductor. El nombre del autor es una occidentalización diferente de los caracteres chinos.


Tratado de Tai Chi Chuan

por Wong Chung Yua (hacia el 1600)


El tai chi nace de la infinitud. Es el origen de lo positivo y lo negativo. Cuando el tai chi está en movimiento, lo positivo y lo negativo se separan; cuando el tai chi se detiene, lo positivo y lo negativo se integran.

Al practicar tai chi, hacer demasiado es igual que hacer demasiado poco. Cuando el cuerpo está en movimiento, debe seguir la curva para ampliar los movimientos.

Si el costado del contrario es duro, hay que cambiar nuestro propio costado para ablandarlo. Eso se llama seguimiento. Si el oponente se mueve y nos adherimos a él al seguir en la misma dirección, eso se llama adherirse. Entonces se está apegado al oponente: cuando él se mueve más rápido, nosotros también lo hacemos; cuando se mueve con más lentitud, nosotros también, concordando nuestros movimientos con los suyos.

Sean cuales fueren las acciones del oponente, el principio de la propia respuesta sigue siendo el mismo. Una vez que este tipo de movimiento se convierta en algo propio, se comprenderá el poder interno.

Tras lograr una comprensión del poder interno del movimiento, se puede enfocar la teoría de la percepción natural. La percepción natural se desarrolla a través de la práctica durante un prolongado período de tiempo; no se puede lograr una comprensión súbita de la percepción natural sin un prolongado tiempo de práctica.

Cuando se practica tai chi, hay que relajar el cuello y suspender la cabeza, como desde lo alto. El poder interno debe hundirse en la parte baja del abdomen. La postura debe ajustarse al centro. No hay que inclinarse en ninguna dirección. Los movimientos deben cambiar constantemente de lo sustancial a lo insustancial. Si se siente pesado el lado izquierdo, entonces hay que aligerarlo. Si se siente pesado el lado derecho, entonces hay que hacerlo desaparecer.

Hay que conseguir que cuando el oponente mire hacia arriba, nos sienta más alto, y que cuando mire hacia abajo, nos perciba más bajos. Cuando avance, debe sentir que no puede alcanzarnos, y cuando retroceda, debe sentir que no tiene escapatoria.

La sensibilidad del cuerpo debe ser tal que se pueda percibir el roce de una pluma contra la piel. Ni siquiera un mosquito hallará un lugar en el que posarse sin que se note. Entonces no habrá manera de que el oponente nos detecte o controle, siendo nosotros quienes le percibamos y controlemos.

Si se alcanza este nivel de sensibilidad, no habrá fuerza capaz de derrotarnos. Existen miles de métodos y técnicas en las artes marciales. La mayoría de las técnicas y posturas utilizadas dependen de la condición física (lo fuerte destruye a lo débil) y la velocidad (lo rápido derrota a lo lento), de manera que lo débil debe caer ante lo fuerte y lo lento debe perder frente a lo rápido. No obstante, todo ello depende de la capacidad física y no guarda relación con la disciplina de la que hablamos.

Hay que fijarse en la técnica de utilizar cuatro onzas de energía para controlar la fuerza de mil libras. Técnicas así no dependen de la fuerza bruta para vencer. Observa la capacidad del anciano que puede defenderse con éxito frente a muchos oponentes a la vez. Eso demuestra que la velocidad no determina la victoria.

Cuando se practica tai chi, hay que mantener una postura equilibrada como una balanza. Cuando nos movemos, los movimientos deben ser tan desenvueltos como el girar de una rueda.
Es necesario moverse de acuerdo a las situaciones cambiantes. Si no se puede responder de esta manera uno se torna pesado. A menudo, los artistas marciales con años de práctica siguen sin moverse adecuadamente y por ello no pueden seguir el fluir del movimiento de su oponente. Se trata de algo esencial porque se ven incapacitados por su error y doble pesadez.

A fin de evitar la doble pesadez hay que comprender que lo positivo y lo negativo deben complementarse. Entonces se comprenderá el flujo del poder interno y, tras practicar y refinar la técnica y explorar la propia percepción, se podrá utilizar y controlar el poder interno a voluntad. El principio del tai chi es así de simple: hay que rendirse y seguir las fuerzas externas. En lugar de hacerlo, la mayoría de las personas hacen caso omiso de principios tan obvios y buscan métodos más remotos y poco prácticos. Es el denominado error de centímetros, que cuando se desarrolla se convierte en miles de kilómetros. Todos los discípulos del tai chi deben ser conscientes de ello y estudiar diligentemente.

1 comentario:

  1. Hola Gustavo. Me llamo Emanuel, vivo en Barcelona, practico también taiji. Sobre el segundo texto te comento que el autor de la traducción del chino al inglés es probablemente Waysun Liao cuyo libro es "Clásicos del Tai Chi", editorial Oniro. Miguel Portillo debe haber hecho la traducción al español. Me parece una buena traducción, algo adaptada, pero que permite delucidar ciertos asuntos que en las demás traducciones al español son opacas. Una buena traducción es la de Chen Zhonghua al inglés del libro de su maestro, Hong Junsheng. Además los comentarios se salen de la línea habitual y son muy perspicaces. Este último dice que el Taijiquan Lun habla de un taiji que no es ni Wû ni Yang, dada la probable fecha de su producción, por lo que se acerca al Chen... Una observación que todos los que hacen exégesis de este texto, sobre todo estilistas Yang, deben tener en cuenta. Me he repasado tu blog, enhorabuena. Gracias. emanuelarriva@hotmail.com

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